Cantes abandolaos en flamenco

Los abandolaos del flamenco son un tipo de cante derivado del grupo de los fandangos, de los que han surgido numerosos estilos, como son las rondeñas, las malagueñas, los cantes del Piyayo, las jabegotes o las jaberas. Cantes que tenían en común la presencia de la “bandola”, un tipo de guitarra antigua. Un tipo de cante que se caracteriza por tener un compás muy marcado, muy vivo y fácil de reconocer.

¿Qué son los Cantes Abandolaos? 

Los cantes abandolaos son un tipo de cante flamenco derivado de los verdiales. Surgiendo cuando los verdiales pierden su carácter bailable y el acompañamiento de una panda de música. La interpretación suele ser realizada por un único cantaor, con un ritmo más lento y acompañado únicamente por una guitarra. La versión flamenca tiene un ritmo mucho menos vivo que la folclórica y suele limitar el acompañamiento a la guitarra, y en algunos casos incluso a las castañuelas.

¿Qué significa Abandolao? 

El término “abandolao” es bastante reciente, ya que se usa en el flamenco desde hace unos 50 años. Recibe su nombre por el instrumento con el que se acompañaban los cantes, la bandola. Una  antigua guitarra que pertenece a la familia del laúd, parecido a la bandurria, pero de menor tamaño y con cuatro cuerdas dobles que se tocan con los dedos o con plectro.

Orígenes de los Cantes Abandolaos

Los fandangos abandolaos parecen haberse originado de otros cantes provenientes del Medievo, emparentados con las zarabandas, las jácaras, las caleseras y las cachuchas, especialmente de los bailes de moriscas y boleros. Se dice que el fandango verdial surgió del fandango morisco, un cante muy antiguo de los moros andaluces del que surge el ritmo rasgueado “abandolao”, un constante rasgueo acelerado a lo largo de la interpretación que apareció entre los siglos XVII y XVIII.

Este tipo de cante se iría transformando en lo que actualmente se conoce como verdiales-abandolaos o fandangos-verdiales y se iría imponiendo en algunas zonas de Granada, Málaga, Almería y Murcia. Y de ellos se derivarían los tipos de fandangos que conocemos hoy en día.

Con el paso del tiempo, muchos intérpretes pausarían y ralentizarían los cantes para adaptarlos a su forma y estilo y de ellos surgirían las tarantas, la granaína y un buen número de cantes que actualmente conocemos como de Levante. Incluso es posible encontrar el ritmo “abandolao” en el acompañamiento de los fandangos de Cabra y Lucena, en algunos de Extremadura, Castilla-La Mancha y Huelva, y en los zánganos de Puente Genil.

Características de los cantes abandolaos

A principios del siglo XIX, Juan Breva ralentiza el verdial de Vélez, lo serena y da un paso hacia el aflamencamiento del estilo. En este momento, este tipo de cante ya es libre. No obstante, hay algunas características que todos los fandangos abandolaos tienen en común:

Tonalidad

Del mismo modo que todos los fandangos, los interludios, la introducción y las falsetas se rigen por la escala andaluza y por el ayeo previo a la letra que interpreta el cantaor. Al empezar las coplas, el cante pasa al modo mayor. Al terminar, la modulación se remata de nuevo con la escala andaluza.

Compás

Nos encontramos ante un ejemplo básico de compás ternario, que es el aire sobre el que se acompaña el bolero español.

Estrofa

La estrofa de los cantes abandolaos es un fandango. Normalmente, el tema de las coplas es alegre e incluso jocoso, ya que son estilos propios de momentos de celebración.

Claves

La manera más sencilla de identificar los cantes abandolaos que surgen del verdial es su inconfundible compás o aire de bolero español. Las guitarras rasguean prácticamente sin parar antes, durante y después del cante.

En definitiva, los cantes abandolaos proceden de los fandangos verdiales, pero dotados de un ritmo más libre y tranquilo, y acompañados únicamente de una guitarra. Y, actualmente, podemos encontrarlos principalmente en las provincias de Córdoba, Málaga y Granada. Si tienes pensado pasar unos días por la zona, ¡no pierdas ocasión de verlos!